Colombia es un país de contrastes. Posee importantes riquezas naturales y cuenta con más de 44 millones de habitantes de origen indio, español y africano, lo que se refleja en su diversidad cultural. Pero desde hace dos decenios, este país se encuentra sumido en un violento conflicto interno en el que se mezclan la insurgencia de la guerrilla, los carteles de la droga y las violaciones graves de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Este interminable conflicto está haciendo mella en la vida diaria de innumerables personas, sobre todo entre la población civil rural.
Las acciones militares, las amenazas y los bloqueos temporales de pueblos y regiones enteras por los grupos armados perturban el funcionamiento de los gobiernos municipales y regionales. Como consecuencia, el número de desplazados internos ha aumentado.
Para atender a las necesidades humanitarias, el CICR, cuya presencia en Colombia se remonta a 1980, ha desplegado importantes actividades en todo el país, esforzándose en garantizar un mejor respeto del derecho internacional humanitario por todos los grupos armados y las autoridades, en particular por lo que atañe a la protección de los no combatientes, visitando a los detenidos, dirigiendo programas médicos en las zonas afectadas y suministrando socorros de emergencia para los desplazados internos y otras víctimas del conflicto. La Cruz Roja Colombiana participa activamente en las diversas labores que el CICR lleva a cabo en este país, como proyectos de asistencia y programas de difusión operacional a las fuerzas armadas y la policía.
En los primeros ocho meses de este año, estos programas permitieron brindar ayuda a más de 80.000 desplazados internos y residentes de las zonas afectadas por el conflicto. Esta ayuda incluyó paquetes con alimentos y artículos de aseo personal, utensilios de cocina, platos y ropa de cama.
En el marco de los planes de infraestructura a mediano plazo, conocidos con el nombre de proyectos de impacto rápido, se prestó una valiosa asistencia, incluidas la construcción de escuelas, centros comunitarios y juveniles, así como ayuda a construir instalaciones de suministro de agua y dispensarios.
Las Unidades Móviles de Salud del CICR, en colaboración con los equipos médicos locales, han garantizado a la población un mayor acceso a la atención médica. Tres Sociedades Nacionales (Canadá, Noruega y Suecia) centraron la atención médica en los civiles aislados por el conflicto. Estas unidades se ocupan también de efectuar intervenciones quirúrgicas y dentales, emprender campañas de prevención y de vacunación y mejorar el abastecimiento de agua y el saneamiento.
Pero para realizar todos estos esfuerzos es necesario salvar no pocas dificultades de seguridad y logística y garantizar una coordinación eficaz. Carlos Ríos ha sabido captar a través de estas recientes imágenes lo que significa la labor humanitaria en el imprevisible territorio de Colombia.
Jean-François Berger, redactor, CICR, de Cruz Roja, Media Luna Roja en Colombia / Fotos de Jason Began y CICR.
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Colombia: Los ecos de una guerra
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